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viernes, 8 de enero de 2010

BIOGRAFIAS


Me he permitido la libertad de poner la contraportada de su libro, en donde viene su foto y su biografía

Muchos de los chavales que tienen ahora de quince a veinte años, han oído hablar de un tal D. Jesús Sancho, que fue maestro, practicante, y que tiene una calle dedicada en nuestro pueblo, y algunos saben que ha escrito un libro.
Yo fui alumno suyo en el año 1965, recuerdo que para dar la lección, nos ponía a todos los alumnos alrededor de su mesa, y nos iba preguntando uno a uno, preguntas de la lección que habíamos estudiado. Y de vez en cuando llegaba alguna persona, interrumpiendo la clase, casi siempre angustiada, para que fuese a su casa, por alguna urgencia que había ocurrido.
Vio nacer a cientos de niños a los que asistía en los nacimientos, igual si eran las 10 de la mañana, como a las cuatro de la madrugada, ni tan siquiera en horas tan tardías ponía mala cara.
Yo era paciente aventajado, pues como me crié poquita cosa, y con poco apetito, al no gustarme las inyecciones bebibles de aceite de hígado de bacalao, me las ponía en inyectables de 20 inyecciones cada caja, así hasta los catorce años que como se suele decir di el “estirón”
Como pongo en el encabezamiento de la pagina, hizo mucho por el bienestar de todos los habitantes de Villaconejos, en los años donde muchas de las cosas importantes no se podían pagar con dinero, pero el aun así, las hacia posible.
Conociéndole, seguro que donde esté, debe de estar velando por todos nosotros, como ya  hizo en su vida terrenal.
Muchas gracias por ahí donde te encuentres DON JESUS SANCHO AGUILERA.
Aconsejo a todos estos chavales, den un repaso a su libro VILLACONEJOS, APUNTES DE NUESTRO PUEBLO, pues sin duda tiene cosas muy interesantes, donde hace un repaso muy detallado, sobre hechos ocurridos en nuestro pueblo, desde como era el territorio donde esta ubicado el pueblo, hasta un amplio repaso a datos referentes a las diferentes Hermandades existentes en nuestro pueblo, personajes, monumentos, etc. Empezad a leerle, seguro que os “engancha”








Enciclopedia Alvarez de segundo curso, el único libro que nos hacia falta para ir al cole en el año 1965 año que me tocó ser alumno suyo.
También los habia de primer y tercer grado.

                MARGARO MARTINEZ

Según se cuenta, hubo en el siglo XIX  un famoso bandolero, nacido en nuestro pueblo, y que tras una reyerta con otro paisano nuestro a causa de una señorita de los que los dos intentaban pretender, se vio obligado a darle muerte en una víspera del Cristo, durante la pólvora.

Más o menos la situación fue la siguiente:

Tras varios intentos por parte de Juan, que según se dice se llamaba su oponente, dicha noche cansado Márgaro de los continuos insultos y amenazas que le dedicaba su contrario, se encaminaron los dos para pelearse por las afueras del pueblo, pero no llegaron a su destino, pues andados unos metros, y nada más empezar a bajar la calle de la Cuesta poco antes de llegar al actual bar de la Cooperativa, se enzarzaron en la riña, quedando herido de muerte Juan. Tras la contienda, Márgaro se encamino de nuevo a disfrutar de la pólvora, y una vez acabado esta, busco al hermano del fallecido, y le dijo donde podía recoger su cuerpo. A causa de este hecho es detenido por la guardia civil a la mañana siguiente.

Tras este incidente y una vez fuera de la cárcel, se dedica a asaltar a todo aquel que se atreve a cruzar por todos los caminos comprendidos entre la carretera Andalucía y la carretera de Valencia, ósea, toda la zona sur de la provincia de Madrid.
Solamente hace una excepción, y es que a todos los vecinos de Villaconejos, una vez identificados, les daba  un pañuelo rojo, para que les sirviera como salvoconducto en toda la zona que abarcaba sus correrías, y una vez que se salían de ellas, el pañuelo era devuelto a los últimos bandoleros de su cuadrilla.
En una de sus múltiples estancias en la cárcel, se cuenta que estando sentado en un rincón haciendo pleita (soguillas hechas de esparto, y uniéndose entre ellas, se hacían serones, espuertas, etc.), se le acercó un hombre que media dos palmos más que el, por el doble de envergadura, preguntándole, si era el famoso bandolero  llamado Márgaro, al asentir este, saca dos navajas que tiene escondidas de debajo de la faja, ofreciéndole una a Márgaro para que se defienda, pero este la rechaza, diciendo que se quede con las dos que le van a hacer falta, y dicho esto, se quita del pie una alpargata y blandiendo  está en forma de maza, da tal paliza al grandullón, que este muere tras la paliza recibida.
Se cuenta de el, que gracias a la tremenda agilidad que tenia, le hizo salir airoso, de los múltiples aprietos que tuvo en todos los años que vivió como bandolero.
Murió en la cárcel traicionado por sus compañeros, pues a pesar de tener grandes cantidades de dinero, se negaron a pagar la fianza para que pudiera salir, dando por el contrario dinero, para que permaneciese más tiempo en ella.
Tuve noción de esta historia en el año 1978, que nos fuimos de melones, con la familia que vive en la casa donde antiguamente se reunía  Márgaro a escondidas con su familia, por aquellos tiempos una cueva, y no es otra que la casa actual de Javier “el morenito” calle Cabezuela nº 9.

D. Justo Mariano Mingo Torres 



TEXTO EXTRAIDO DE LA PUBLICACION  VILLACONEJOS HOY
D. Mariano, nació en Colmenar de Oreja el 19 de julio de 1910
Comenzó a trabajar a los veintitrés años. Fue en Junta de la Cerca, partido con 16 anejos, situado en la provincia de Burgos. Por estos dieciséis grupos de población, tuvo que ir a caballo, en bicicleta, con nieve, lluvia… Estaba especializado en tocología y allí aprendió lo que es no dormir por las noches, quedarse con el caballo metido en un pantano, acudir a la llamada del enfermo a cualquier hora del día y de la noche. También aprendió la alegría de amar al prójimo y poder ayudarle.
Palabras del DOCTOR: “Es una carrera vocacional de muchos quilates, en la que se trabaja las veinticuatro horas del día. Ser médico rural es ir a caballo camino del enfermo, sin luz, sin medios, sin más ayuda que la de la Providencia, porque un médico rural sin ayuda de Dios es una calamidad”.
En 1936 se alistó en el ejercito. Obtuvo la graduación de capitán médico de complemento a la que renunció una vez acabada la guerra.
Se incorpora a Villaconejos en 1941 como médico rural. Entonces tenía tres hijos, el resto hasta diez, nacen en Villaconejos. Él, contribuyó en traer al mundo a todas las personas que nacieron entre los años 1941 y 1968. El Dtor. Mingo Torres era ginecólogo. La salud se le deterioró y tuvo que dejar de ser el “partero”, como él mismo decía. Las dificultades económicas familiares fueron terribles. Su vivienda era un caserón enorme sin sanitarios, sin agua corriente. Así pasaron muchos años. A penas podían vivir. Él mismo enseñó a leer y a escribir a todos sus hijos incluso les preparó hasta el cuarto de bachillerato (que entonces se hacía), pues por falta de medios no les admitían en los colegios. Una vez culminado estos estudios, Teresa, su mujer, se desplazó a Madrid con toda la familia. Fue entonces cuando Teresa se dedicó a la educación y formación moral de sus hijos. D. Mariano se quedó solo en Villaconejos con una anciana sirvienta que le atendía. Mayor sacrificio no podía hacer por los suyos.
Palabras del DOCTOR: “ Ella tiene todo el mérito que a mi se me adjudica . Las esposas de los médicos rurales son las verdaderas sacrificadas, pues aguantan todo sin tener siquiera la satisfacción de ser médicos y salvar vidas”.
Hombre de gran y fuerte carácter. Conoció el tremendo dolor espiritual de la pedrea, de la calumnia, de la recogida de firmas para “sacar al médico” del calabozo municipal. Fue alcalde de Villaconejos en un tiempo al acabar la guerra, era muy difícil serlo, ganándose por ello muchos enemigos. Por entonces se le ofreció el mejor pueblo de la provincia a cambio de su puesto. Y él lo rehusó. Continuó en su lugar siguiendo una línea de honradez, haciendo lo que creía justo, lo que era su deber. Nada le asustó.
Amante de la cultura: En su primer pregón como alcalde dijo lo siguiente: “Sí, todo niño que no vaya a la escuela, pagará su padre cinco duros”
Luchó y consiguió la creación de nuevas escuelas en Villaconejos. El magisterio para él era algo sagrado. Siempre decía que los maestros eran sus mejores amigos. Con ellos colaboraba desinteresadamente. Les ayudaba en la enseñanza de analfabetos, cursos de socorrismo, de preparación matrimonial, etc.
Palabras del DOCTOR: “Es que la labor de médico rural no consiste sólo en ser médico. Se es maestro, confidente, amigo…la gente te cuenta sus problemas, hasta sus cosas más íntimas. Es una medicina más humana”.
Su “vicio” fue la lectura. Escribió multitud de artículos, poesías, rimas, etc.
Dios por encima de todo: Esto decía el DOCTOR: “ Yo digo que a veces Dios me habla al oído, porque de otro modo no puedo explicarme cómo con la falta de medios he podido diagnosticar acertadamente…En primer lugar está Dios y luego el instrumento que es el médico. El creyó y salvó la vida de un niño, así lo contó en su día el DOCTOR: “Recuerdo un chiquillo con asfixia al que durante tres horas hice la respiración artificial, sus padres incluso me decían que le dejara…ahora ese niño está haciendo la “mili”…esas alegrías no las tienen ningún otro mortal. Es una satisfacción indescriptible y un gran orgullo de ser médico y poder salvar vidas. Esa alegría y ese orgullo lo compensa todo”.
D. Mariano fue un hombre apasionado por la medicina, quemó su vida minuto a minuto, hora a hora, atendiendo a la llamada del dolor. Entregado al 100 por 100, al prójimo que sufría. Al DOCTOR se le dio a elegir Lequeito, Peñíscola, Lérida, Benavente y Villaconejos. Eligió Villaconejos, por la cercanía a Colmenar de Oreja, es decir al lugar donde vivían sus ancianos padres. Allí estuvo desde el 10 de febrero de 1941 al 20 de diciembre de 1977 dedicado las 24 horas del día. No conoció vacaciones ni diversión alguna. Entregó hasta su última gota de salud que le quedaba al servicio del pueblo y de sus gentes. Atendió a todos sin excepción. Antes de marchar a Aranjuez, donó al pueblo de Villaconejos un gran fichero clínico que él mismo hizo y junto a este fichero dona también su laboratorio y un aparato de rayos X. Ya en Aranjuez, su último destino, son escasas sus fuerzas. La salud no le acompaña y en pocos años, el DOCTOR nos dice Adios. Antes había recibido múltiples condecoraciones por su trabajo y su entrega a la medicina. Las más importantes: La Cruz Azul de la Seguridad Social y la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo.
PEPE CATALAN
Como vemos, este es un reportaje que le hicieron, a Pepe Catalán cuando tenia 15 años allá por el 1932, exactamente la publicación salio el 1 de Octubre.
En ella describen someramente como es el pueblo, y las condiciones físicas de Pepe.
De cómo un chaval de quince años hace el trabajo de dos personas, pero claro esta, come como otras dos. Espero que podáis leerlo todo completo.


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