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jueves, 7 de febrero de 2013

AYER


Por suerte o desgracia nuestra, hasta hace apenas 30 años, hemos sido un pueblo muy especial
Voy a intentar contar en primera persona la historia del ayer y del hoy en Villaconejos, pues del mañana todavía está por escribir, pero en una ojeada de cómo lo tenemos ahora, complicado lo tenemos en un corto plazo.
Mi infancia como los niños de edad parecida, también era parecida en costumbres y aficiones.
Allá por los años 60 y 70 debíamos ir al cole en un curso adaptado a nuestro estilo de vida, que era principalmente salir toda la familia fuera del pueblo desde los meses de Marzo a Septiembre u Octubre según en la zona donde se sembrasen la cosecha, temprana  o tardía.
Por lo tanto nuestro curso escolar debía ser “comprimido”  respecto a los otros pueblos colindantes al nuestro, que era de Septiembre a Junio.
Demasiado pronto empezábamos a trabajar en nuestras parcelas alquiladas por 6 meses, o cogidas “a medias” con los propietarios de las fincas.
Teníamos una media de 7 años para empezar a trabajar en las labores del campo, unos quizás con 5 o 6 años y otros con 8 o 9 años, según las exigencias del padre de familia principalmente.
Voy a contar unos hechos, para ver hasta qué punto los que hoy,  los chavalitos de 8 o 10 años, se comportan como tienen que ser, niños de esta edad, a nuestro comportamiento a esa misma edad y esto era como regla general, la exigencia a esa edad el comportamiento de una persona  totalmente adulta.
Año 1967, mi hermano Emilio con 11 años y yo con 9, cortamos y sacamos alrededor de 4000 kilos diarios de melones, ayudados por mi madre que se quedaba donde hacíamos el montón, principalmente porque yo no llegaba a sacar los últimos melones del “serón” y un burro de alzada considerable, terriblemente lento, pero incansable en el trabajo cotidiano.
Debo aclarar que por aquellos años, el cortar melones, requería cierta profesionalidad, no todo el mundo sabia cortar melones. Por aquellos tiempos generalmente eran tres las variedades que se sembraban. De tempranos a tardios eran los siguientes:
Bolas, eran como su propio nombre indica, totalmente redondo, con la piel rugosa y oscura.
Alicantinos, totalmente amarillos, de calibre superior al anterior y de forma mas ovalado.
Mochuelos, mas o menos del calibre de los alicantinos, pero con la piel verde.
Esta ultima variedad, aun hoy se siembra, de cara a un reducido mercado que todavía subsiste, gracias a la excepcional calidad de esta variedad
Las dos primeras ya han desaparecido
                                                                           
Foto izquierda, burro cargado con melones
Foto derecha, mi hermano Emilio con el burro camino del melonar                                                                           
Un día normal sería el levantarnos un rato antes de salir el sol, para tomarnos nuestro cola cao, una vez que se veía, mi hermano Emilio cortaba melones  y me los echaba para que los dejase con la cama para arriba (parte del melón que está en contacto con la tierra) para en caso que se nos quedase sin sacar no se “asolanase”.
A las 9:30 horas llegaba mi madre con el almuerzo, para que acto seguido, me ponía a sacar melones con el burro, y mi madre se quedaba en el montón para ayudarme a descargar el serón, pues como yo me criaba bastante retrasaete en lo que se refiere a estatura, no podía sacar los últimos melones del serón.
Para sacar de 4000 a 4200 kilos necesitábamos sacar de 30 a 32 cargas, cosa que hacíamos por regla general llegadas las dos del mediodía, nos íbamos a comer, y sobre las cuatro de la tarde de nuevo nos poníamos a cortar melones para que alrededor de las siete, llegaba mi padre con el camión, para cargarle de nuevo, mi padre, una vez cargado el camión de melones para su venta en Legazpi y una vez vendido y descargado a mediodía del día siguiente, como no tenia medio de locomoción para llegar a la finca, debía irse con el camión que hacia portes para la construcción (viajes de arena y ladrillos para las obras) hasta que a las 7 de la tarde se presentaba con el camión dispuesto a cargar de nuevo un viaje de melones para el mercado.
Cenábamos pronto a la luz de un carburo, oír el cuento de las nueve en radio Intercontinental, y acto seguido irnos a dormir, pues pronto amanecería un nuevo día.
Vivíamos en chozas hechas por nosotros mismos.

Con una superficie de 30  o como mucho 40 m2, la estancia estaba dividida en dos estancias, la denominada cocina, que era lo primero que nos encontrábamos nada más entrar, y a continuación un único dormitorio. Para mayor intimidad distribuíamos el dormitorio por medio de cuerdas y mantas o cortinas, según las necesidades de cada familia
Paredes hechas de tierra húmeda prensada, techo de costeros (palos de madera rectangulares de aproximadamente 4 m de largo, 15 cm de ancho y 4 o 5 cm de gruesos), sobre estos, planchas rectangulares de una especie de aglomerado clavado a los costeros a los que llamábamos tablés. Sobre los “tablés” se echaba paja para que escurriera el agua de la lluvia, y sobre esta una capa de tierra de muy poco grosor para que los días de viento no se llevase la paja. El ultimo año que vivimos en un sitio de estos fue en 1969, en una finca junto al pueblo de Cebolla, al siguiente año, fuimos a Villamanrique de Tajo, a vivir en una casa en el pueblo, pero no todo era comodidades, pues una vez llegada la época de la corta, como teníamos en 7 parcelas, distribuidas por todo el contorno, para llegar a la ultima que estaba a una distancia de 8 kms, a la hora de sacar melones, como todavía se sacaba con burro, tenía que salir hora y media antes de la salida del sol, para poder empezar a trabajar una vez salido este.

Pero bueno peor lo tenía mis abuelos, pues ellos debían de llevar los melones al mercado en carros parecidos a estos en la foto, desde pueblos limítrofes al nuestro, calcular como 70 u 80 kilómetros  con carros enganchados por mulas o bueyes muy parecidos a estos














 
En cuanto a los aperos de labranza, hay mucha diferencia entre estos viejos arados romanos que se usaban sobre los años 1940

Y los grandes tractores con cientos de caballos de potencia que se usan ahora



                                                                 TRABAJOS A REALIZAR
Pero bueno, intentaré poner cronológicamente los trabajos que se realizaban y el nombre que utilizábamos para referirnos a ellos.
Como ya he dicho, la campaña se iniciaba a primeros de marzo, con el cambio de domicilio de toda la familia al sitio donde ese año fuésemos a sembrar los melones, el traslado, así como los trayectos variaban según evolucionaba la vida, como ya he dicho, por los años 1940 se solía llevar los enseres en carros, y a partir de aproximadamente 1960, o quizás unos años antes, en pequeños camiones.
Una vez instalados en una primera estancia, en naves, secaderos, o casas más o menos habitables que nos dejaba en la finca donde íbamos a pasar la campaña, nos poníamos manos a la obra de hacer nuestra propia choza, que en el caso de mi familia solíamos tardar en hacerla de 4 a 5 días. Tras unos días en compas de espera para que se “orease” (secase), pues como ya dije las paredes y medianeras las hacíamos con tierra húmeda, nos cambiábamos de nuevo, a la nueva vivienda.
Los trabajos propiamente dichos comenzaban con hacer los “caballones”, consistentes en que por medio de primero con caballerías, y luego con el tractor, se hacía sobre el terreno una serie de abultamientos continuos, que iban de un extremo a otra de la parcela, entre un caballón al siguiente debería haber una distancia de unos 120 cmt mas o menos.
A los caballones se les atravesaba también de un extremo a otro por unos surcos denominadas “caceras”. A la distancia entre una cacera y otra se le denominaba “cuartel”, estos solían ser de tres, cuatro, cinco, e incluso seis “matas” (plantas) de melones, según fuese el terreno, llano o levemente inclinado.
Una vez preparada la tierra, pasábamos al trabajo de la siembra. Al contrario de ahora que el trabajo lo hace un tractor, antiguamente había cuatro oficios a desarrollar, que son:
El encargado de hacer los “hoyitos”, generalmente labor realizada por los hermanos mayores, ayudados por pequeñas azadillas, consistía en hacer hoyos de poca profundidad, pero que solía variar de según la profundidad estuviese la humedad para que la pipa de melón germinase y no de secase.
En caso que la humedad estuviese muy profunda o no hubiese, entraban en acción las mujeres, que mediante un cubo y un bote o jarra (de ahí el nombre de sembrar los melones a “jarrilla”) echaba una cierta cantidad de agua a cada hoyo, y rogar que en los próximos días lloviese lo suficiente para la nacencia.
El echar las “pipas” en los hoyo, era labor desarrollada por los hermanos menores, y consistía en llevar fiambreras llenas de simiente (pipas) levemente germinadas (enrejadas) y depositar de ocho a diez semillas por hoyo.
Y por último la labor ha desarrollar por el cabeza de familia, ósea el padre, y era tapar el hoyo con cierta cantidad de tierra procurando hacerlo de manera que el nacimiento de la planta en su trayecto a la superficie no se encontrase demasiados obstáculos como pudiera ser un “terrón” (trozo de tierra apelmazado).
Tras unos días de espera en donde indudablemente influye la climatología, pronto vemos como se va desarrollando la nacencia.
Una vez nacidas las primeras plantas, pasamos al “marreo”, que consistía en reponer todas las plantas, que por distintas causas no han podido salir a la superficie.
Lo siguiente y una vez haber logrado acabar el marreado, (muchas veces tras varios repasos) pasamos al arado, hasta el año 1970 aproximadamente a “una mano” (longitudinal al caballón) y posteriormente a “dos manos” arar la parcela en forma de cruz.
 “Desmate” se llamaba a dejar  en un principio dos “matas” de todo el golpe que había nacido en un principio de las ocho o diez pipas que se echaban en cada hoyo, una vez que las plantas se ponian mas fuertes, se dejaba una. Muchas veces, al mismo tiempo se aprovechaba para quitar la hierba con la ayuda de una azada.
Todos estos trabajos se ahorran ahora, pues directamente el tractor, hace el caballón, pone el practico que lo cubre, y planta la planta (valga la redundancia) que previamente se ha sembrado en semilleros por empresas especializadas.
Se daba generalmente una primera “cura” al melonar cuando las planta tenían cuatro o cinco hojas, en previsión de que las plantas no se pusiesen “jaras” (amarillas) o bien fuesen atacadas por el “piejo” (pulgón). Para ello se compraba los productos fitosanitarios pertinentes, se mezclaban en un bidón, y por medio de un cubo y escobas, se rociaba la planta con el producto resultante. También se usaba posteriormente las clásicas sulfatadoras de mochilas.

A “pitonear” se le decía cuando la planta comenzaba a echar los “gajos” (brazos, o ramas cuando la planta se empieza a expandir ).
El trabajo que detallo a continuación ha sido el que más evolución ha sufrido desde los inicios, me refiero a la forma de los preparativos para el posterior riego de la cosecha.
Se denominaba “vinar” melones a la acción de hacer mediante un trabajo manual con la azada una especie de arroyo (cacerilla), acabado por un tope (culata) a modo de presa, para que el agua una vez llagado a ella, se quedase estancado. La longitud de la cacerilla varía si el terreno es llano o en pendiente, a más pendiente más corta la cacerilla
Como anteriormente pongo, las caceras, van en sentido de cortar a las cacerillas a la longitud deseada, la porción de tierra entre dos caceras se le denomina “cuartel”. Todos estos trabajos han evolucionado en la forma que primeros trabajos se hicieron con azada, luego con mulas, después con tractor, y últimamente, como el riego se produce mediante goteo, no hace falta toda esta parafernalia.

Desde que se empezaba a regar, hasta que se empezaba a cortar melones, se podía dar si era preciso mas curas, bien por medio del tractor, enganchado a él una cuba con dos brazos y varios difusores, por donde salían pequeños chorros expandidos y a gran presión, o bien, como nos pasó en mi casa los años 1967,68 y 69, que las curas las daba una avioneta, acoplada para este menester.
En cuanto al trabajo de la corta y el posterior sacado con burro, en mi casa lo estuvimos haciendo así hasta el año 1971, a partir de ese año pasamos a sacarlos con un tractor y un remolque.
Hasta aquí, lo que más o menos era nuestro trabajo en una temporada normal. Trabajos que se veían acortados, o alargados, según la climatología.    

REPORTAJE SOBRE MELONES AÑO 1908
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/blanco.y.negro/1908/09/26/021.html                                                    

FOTOS AÑO 1903
ANUNCIO GRAFICO DE LA COOPERATIVA   
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1962/08/17/010.html



 AGUA MEDICINAL DE VILLACABRAS   
              El agua de Villacabras, en tiempos embotellado por tener cualidades mineromedicinales, beneficiosa para la piel, y usado como purgante.
 LO QUE LEIAMOS
EL JABATO
EL CAPITAN TRUENO
HAZAÑAS BELICAS

ROBERTO ALCAZAR Y PEDRIN

EL GUERRERO DEL ANTIFAZ

Con la lectura de estos comic, algunos nos aficionamos a la lectura, y de estos tebeos, pasamos a las novelas de bolsillo de Marcial Lafuente Estefania






Por parte del lado femenino, aunque no estaba muy al dia, creo recordar que se leima bastante las fotonovelas de Corin Tellado
CANCIONES Y PROGRAMAS
 Las canciones que escuchábamos generalmente en radios que eran alimentados por pilas de petaca generalmente, para que todos se sientan representados, voy a poner tres ejemplos:
Los de más edad:
ANTONIO MOLINA
Los mas jóvenes:
LOS MODULOS
Para los jóvenes mas progres:
LOS BRAVOS
Los programas de radio otros tres:
Por la mañana LA SAGA DE LOS PORRETAS

Por la tarde EL CONSULTORIO DE DOÑA ELENA FRANCIS
Por la noche:
 USTEDES SON FORMIDABLES
Programas de tv
EL SANTO
BONANZA

GALAS DEL SABADO



HOY
Como se suele decir, mas vale una imagen que mil palabras.
Primero se hacen surcos.....
Para el posterior reparto de estiercol
Se extiende las tuberias del riego por goteo
Se extiende el plastico, y se planta la maceta
Se da varios repasos con los arados para quitar las malas hierbas
Melonar "cerrado", es cuando las plantas tapa materialmente todo el terreno destinado a la plantación.
Prácticamente, casi todos los fitosanitarios, se agregan al agua del riego, e incluso los abonos foliares.
Cortando y sacando melones con el tractor
Descargando los melones para su posterior venta








1 comentario:

  1. Hola José Luis, he descubierto este blog de casualidad y me estoy interesando mucho por el mismo. Poco a poco voy leyendo cosas, interesantes, por cierto. Saludos. R. Mingo.

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